El otro día, fui a mi casa de La Manga a resolver unos asuntos. Estando en el garaje encontré un diploma del abuelo de mi esposa. El diploma de la policía Municipal de Madrid. Allí, entre otros trastos, como algo que está esperando, para terminar en el cubo de la basura. Entonces pensé, ¿en que queda la vida de uno, cuando no está? La vida que vivimos ahora en el presente, será el pasado de mañana. Si queremos dejar una huella para el día de mañana, ¿Qué debemos hacer? El abuelo de mi mujer, vivió para su familia, se privo de muchas cosas para poder dar a los suyos una vida acomodada. Y ahora nadie le recuerda, NO EXISTIO! Mi abuela, no pudo darme nada, menos una cosa que fue lo mejor SU AMOR. Y con estos tantas personas más que significaron algo para nosotros. Cuando estuve el otro día en Málaga, vi a mis amigos de la infancia, Jorge Lucena y Pablo Benedicto, recordamos viejos tiempos, fue un día preciosos e irrepetible para mí. Y faltaban otros muchos. Pero esto, lo olvidamos y lo recordamos como una anécdota. Es curioso cuando vamos a los museos y vemos, la cama donde durmió el Rey X, el salón donde bailaban Lady Di y su querido, y un largo etc. Esto lo vemos e intentamos recordarlos y ponernos en su piel. Y lo peor es que ¡NO LO CONOCIAMOS DE NADA! Cuando pueda, voy a tener un salón de los recuerdos, al estilo que se ven en las películas inglesas. Para poder recordar, aunque sea un rato cada cierto tiempo, a mis seres queridos, con esto también meto a mis amigos, pues también son mi familia. Creo que se lo debo. Y, a mis amigos, decirles que tenemos que poner un día al año, para reunirnos y no olvidar que somos familia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario