MI querido y extrañado Ramón,
aquí estoy otro año, para poder hablar un poco contigo y contarte algunas
cosas. También es la forma de sentir que todavía estas aquí. Mientras no te
olvide, sigues vivo. Hay algunos vivos que olvide, y estos sí que están muertos
para mí. Me fui de España hace ya algunos años y hay, otros amigos, a los que
no veo, desde hace mucho y “creo” que aun están vivos. Yo sigo en México,
aunque eso ya lo sabes, me imagino. Y sigo en mi batalla particular de la vida, el trabajo, la justicia, de los hijos. La de la vida, estoy en tablas,
aunque pierdo, en que, el tiempo que sigue pasando, me arrastra y me hace
mayor. Pero gano en cuanto a que no aprendo y sigo siendo el mismo. Me voy
cansando más, pero la edad me enseña a moverme menos. El trabajo, pues hay
andamos, todavía tengo que demostrar lo que sé y esto me hace no dormirme. Todavía
tengo que pelear con gente menos preparada y esto algunas veces cansa, pues
suelen ser los que mandan. En Justicia, está todo perdido. Cada vez hay menos
justicia en el mundo y lo peor, es que miramos hacia otro lado y no hacemos
nada. El gobierno les quiere dar dinero a los bancos para que puedan quitarnos
nuestras casas impunemente. Mientras ellos no paran de generar desempleo, “por
nuestro bien”.
Y los hijos, eso sí. Hay, soy el
hombre más afortunado del mundo. Tengo dos hijos que no me lo merezco y lo digo
de verdad. Ismael, ya es un hombre. No sabes cuánto me gustaría que lo
conocieras. Deportista, integro y sobre
todo, buena persona. Con él tengo una deuda moral, que voy a necesitar dos
vidas para poder pagarle. La pequeña, pues se acostumbra la pobre a todo. A
vivir en varios países y no protestar por ello. La que mejor se aclimata, es
Zaira. Ella siempre va buscando su otro yo, la paz absoluta. Los Arcángeles,
los rayos de colores, esas cosas son, las que hace que sea más feliz. Y
mientras yo, esperando la oportunidad de mi vida. Para poder estar un poco
tranquilo el resto de mi vida. Porque no olvidemos que lo importante no es como
morimos, si no como hemos vivido y la incógnita es, como viviremos. Tú por
desgracia no puedes cambiar lo vivido, pero yo todavía estoy a tiempo. También
tengo una deuda pendiente con mi compadre y esta, la tengo que arreglarla lo
mejor posible, ya no por él, sino por mí. Bueno mi querido amigo, espero que
sigas vivo para mi, el año próximo. Sigo creyendo en la gente buena y tú eras
de los mejores. En estos tiempos es un lujo poder tener buenos amigos, yo tengo
algunos, pero me niego a perderlos, porque no estén a nuestro lado en cuerpo,
pero si, en alma. Cada
uno muestra lo que es, en los amigos que tiene. Espero poder contarte noticias buenas el año próximo, aunque esta muy difícil. Aqui te dejo un poco de mas te gustaba, para un musico tiene que ser el mejor regalo del mundo. Te mando un abrazo muy grande y mi amistad, que es lo único que tengo.
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