lunes, 20 de abril de 2020

MAS PELIGROSO QUE LA GRIPE


En un mundo, donde nos empeñamos en maltratarlo, en destruirlo. Donde nos vamos alejando los unos de los otros, con las nuevas tecnologías. Donde prima la mentira, el egoísmo, la traición, la envidia. Donde no paramos de quejarnos por todo, hasta por vivir bien. Llego la pandemia, de la que todo el mundo, no para de hablar. Donde todos exigimos que acaben con ese virus. Y lo hacemos criticando a los gobiernos, a los países que lo desarrollaron, a cualquiera que podamos echarles la culpa. Que si las ayudas, las subvenciones, las mascarillas, los respiradores etc.  Nos preocupa nuestra economía, nuestro confort. Es cuando podemos darnos cuenta de lo egoístas que somos. Aprovechamos esta desgracia, para hacer criticar y salir beneficiados. A costa de los mas débiles. Hablan de empresarios que van a tener que cerrar. De autónomos que lo van a pasar mal. De mucha gente que van a perder su puesto de trabajo. Y eso es una desgracia, que va a traer esta maldita pandemia. La crisis económica.
Pero hay unas personas, que por desgracia son una gran mayoría, que no van a perder nada de eso. Los que no tienen nada de eso. Los que ya les gustaría, poder quejarse de eso. Pero no tienen nada. Los que no tienen una casa donde cobijarse del virus. Y si la tienen, apenas se pueden refugiar. Los que no tienen miedo, de que no les llegue las ayudas, pues nunca las tuvieron. Ellos no buscan culpables, pues solo buscan no enfermar. Solo buscan poder comer día a día. Poder alimentar a sus hijos, padres o abuelos. Les damos las gracias y aplaudimos a esos millonarios que donaron mascarillas. Les damos las gracias, sin pensar que al hacer eso, ellos también se benefician. Pues cuanto antes salgamos a la calle y empecemos a consumir, empezaran a subir sus beneficios. Si lo hicieran desinteresadamente, lo harían anónimamente. Para muchos, dar un plato de comida a un necesitado, es más, que para un millonario dar millones de mascarillas. Y estos, si son anónimos. No reciben aplausos, ni primeras páginas de diarios. Y son los más perjudicados de todos. Pues el no poder salir trabajar, es no poder comer. A estas personas no les importa el virus, si trae enfermedades o la muerte. Pues ellos lo pasaran peor con el hambre y prefieren morir de una gripe, que de inanición.
Esto va a servir para limpiar las atmosferas, el mar, el campo. Reabastecer los peces, el petróleo, los campos de cultivo. En cierta forma, también unir un poco a las familias. Debería servir también para pensar, en cómo cambiar la economía mundial. Hacer un mundo más justo y valorar cada uno por sus intenciones y no por su dinero. Que los valores humanos, sean más altos que los valores monetarios. Que lo justo, este por encima de la ley. Y que el derecho a poder vivir, este por encima, que el derecho a vivir mejor. Empezar a buscar los valores morales, que son más indispensables que los valores de derechos.  
También reconocer el trabajo que desempeñan esas personas, que ayudan a los demás. Pero, sobre todo, a los que ayudan a los demás sin cobrar y sin que los obliguen.     

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