miércoles, 16 de junio de 2021

Tomas, un abrazo, allá donde estés.

 


Ayer me entere del fallecimiento de un tipo genial. Era tosco, rudo. Algunas veces hasta grosero. Pero tenía un corazón increíble. Debajo de esa fachada que tenía, se escondía una gran persona. Nunca olvidare sus expresiones, tan elocuentes. Cuando jugaba al mus era una diversión verle y escucharle. Tenía frases para todo. Algunas como “enemigo que huye, puente de plata”. Cuando le preguntaba cómo iba, contestaba “ni mierda en las tripa”.

Su sinceridad cuando hablaba, algunas veces te dejaba en fuera de juego. Pero esa era su grandeza, su sinceridad. Decía las cosas, como las pensaba. Y no había maldad en él, solo sinceridad. Le gustaba divertirse, gastar bromas. Y si se las gastabas tú, te miraba serio y después se reía. Ayudaba a todo el que lo necesitara, sin esperar nada a cambio.

Conocía el mar, como pocos. Y te daba catedra cuando te hablaba en serio. Que por cierto pocas veces solía hacerlo. Vivía a su manera, donde te respetaba tu espacio. Y te daba conversación, cuando tenía ganas de compañía.

Aún recuerdo, cuando se iba a vigilar desde el faro, la reserva marina. Y nos dejaba esperando a que regresara. Era Tomas, ya sabíamos cómo era.

Pero recuerda una cosa, solo muere del todo, cuando lo olvidamos. Y a ti siempre te vamos a recordar. No podrás leer estas estas letras, pero es mi forma de recordarte. No hay luto en mi, ni tristeza en mi corazón, pues nunca hubieras querido eso. Solo añoranza de no verte, en este mundo. Tendré que esperar, a verte en otro sitio. Y que, en ese sitio, espero que tengas un bar cerca. Para poder tomar unas copas contigo.

En mi alma, solo hay gratitud. Por haber podido compartir contigo, algunos momentos felices. Adiós, no te digo. Adiós, no es el final. Es solo que te extrañaremos, hasta que nos volvamos a ver. Un abrazo grande mi querido amigo.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario