sábado, 16 de julio de 2016

Uno de mi calle me ha dicho, que tiene un amigo, que dice conocer a un tipo, que un día fue feliz.

   Hay diferencias entre la felicidad y la creencia de que se es feliz. La felicidad es un estado de nuestra mente. Que no es continua y a veces ni existe. Pero siempre intentamos buscarla. Sin pensar que esto conlleva en algunas ocasiones a la desgracia de otra persona (que la mayoría de las veces, es alguien que te quiere). Con lo cual, se convierte en un acto egoísta. La mente es arma de doble filo en algunas personas, hay quien piensa que es inteligente y lo utiliza de forma estúpida e irresponsable. Es como si a un niño le das un arma cargada. No se sabe el daño que puede hacer y encima no se da cuenta del peligro que corre, tanto él, como los demás. Hay armas psicológicas que utilizan con personas, que no tienen una personalidad definida. Con personas de poca autoestima o como digo yo, débil de mente. Gente que se la convence de cualquier cosa, si le hablas bonito, si le hablas con un respeto falso. Este tipo de personas es más fácil convencerlas con mentiras, que convencerlas que han sido engañados. Viven en mundo aparte y busca rodearse de otra persona como ellos, así se suben la autoestima entre ellos y se convencen de que los demás, están equivocados.
Hay otra cosa particular, piensan que te pueden decir cómo ser feliz. Y la mayoría de las veces, su excusa para hacer daño alguien, es que es mejor para él. Tienen el poder de saber que es la felicidad. Y para ello, dan hasta cursos a un puñado de desgraciados, a los cuales le sacan el dinero y encima salen igual o peor. Yo pienso que la felicidad es en cada persona diferente. Incluso que algunos en la desgracia, puede alcanzar la felicidad. Intentar enseñar a la gente, como llegar a la felicidad, es una quimera. Puedes dar una orientación, de que la felicidad está en tu mente. Es como el que sabe ganar en los casinos. Se rodea de gente que quiere aprender, algo que es imposible. De gente que está cansada de perder y busca la solución de su problema, en engaños y estafas. Pero mientras aprenden esa falsa solución, tienen la sensación de aprender y creen que es la verdad que necesitan. Al final la solución está en ti, deja de apostar y ya está. Lo mismo les pasa a quienes buscan esa felicidad. Le solución está en ti, deja de ser desgraciado o busca acostumbrarte a tu estado. Hay mil soluciones en la calle, pero la auténtica esta en ti y en la gente que te rodea. Cuando cada uno va a por su felicidad individualmente, es como el que juega al futbol y no pasa el balón, uno se lo pasa bien y los demás se joden. Y terminan viendo como se lo pasa bien, el que quiere jugar para el solo. Pero bueno, así es la vida. A lo mejor algún día quieren jugar y hacer que todos participen, es más fácil. Los sentimientos no son exclusivo de unos pocos.
El decir que eres feliz mil veces, no significa que lo seas, es más, casi seguro que es lo contrario. Y cuando no se sabe entender un sentimiento, no se entenderá una larga explicación. La vida es como es, a veces es mala, injusta, triste. Y a veces tiene sus ratitos buenos y hasta podemos decir que son ratos “FELICES”. La felicidad es un cumulo de ratos buenos. La necesidad de que te expliquen cómo es la vida, es un signo de que pasas de puntillas sin querer mirar, como es en realidad. La gente fuerte tiene voluntad, los débiles solo deseos. A veces los silencios, te enseñan más que las palabras bonitas. Los sentimientos, emociones nacen de dentro y no tienen que explicarse. Porque deja de ser un sentimiento, para ser una razón.
Serrat dice;  Uno de mi calle me ha dicho, que tiene un amigo, que dice conocer a un tipo, que un día fue feliz.
La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.

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