miércoles, 10 de mayo de 2017

Yo soy yo mismo.


La vida nos da oportunidades que no vemos o sabemos ver. Una de las cosas que estoy aprendiendo es de mis propios errores. Es duro verte a ti mismo tal y como eres. Casi siempre nos vemos como queremos vernos y no como somos. La realidad de la vida, es la que interpretamos por nuestros instintos. He cometido mil errores y cometeré un millón más, pero seguiré siendo yo. El problema, para mi, como ser, no soy yo, es quien está a tu alrededor. Yo no puedo ser un problema para mí mismo, pues solo me quedaría una solución. Pero puedo ayudarme a mismo, encontrando una vacuna que llevarme a seguir siendo quien soy. La soledad es mi compañera y no me doy cuenta que quien está ahí detrás callada, es mi soledad escondida con forma de mujer. Una forma semitransparente, que no veo pero está ahí. Querer mejorar no es cambiar, es conocerte a ti mismo. Y quien está a tu lado, no es quien te abandona, sino quien sigue estando a pesar de los pesares. Aguantando humillaciones, desprecios, etc. Y sigue ahí, esa persona es tu compañera incondicional. No paro de viajar, en pocos días, Rosarito, Tijuana, Mexicali, Guadalajara, Tepic y Chihuahua. Y esta soledad ha sido más liviana, pues no estaba realmente solo. Es mejor pensar, que estudiar, reflexionar que escuchar. Ser yo mismo tiene una ventaja, que no necesito buscar otro yo. Es muy cansado, que cuando ya te conoces, empezar a buscar otro yo. No soy un ejemplo para nadie, pero algunas veces me gusto. No soy el mejor padre, pero adoro a mis hijos. No soy la mejor pareja, pero intento dar amor y compartir mis sentimientos. Y si con esto tengo alguien a mi lado, soy afortunado pues no lo merezco. Tengo mil defectos, como todos, pero tengo alguna virtud. Y si voy a mejorar es para poder querer más. Nos duele la verdad, porque nos hace vernos realmente como somos. Abrir el corazón, es difícil porque nos hace vulnerables. Nos hace débiles y nuestros sentimientos quedan al aire. Y no nos damos cuenta, que somos nosotros mismos realmente. Con esto no somos más que nadie, somos nosotros. Cuando más fuerte me sentía, era cuando era más débil. Cuando intento ser más fuerte, es cuando soy más cobarde. Ahora que me doy cuenta de mis errores, es cuando tengo un dolor más intenso en el alma. Yo no tengo remedio, la cuestión es que quien este a mi lado, sepa como soy y siga conmigo. Sigo siendo yo, donde sea. Sigo siendo yo con mis defectos. Sigo siendo yo, sintiéndome pequeño y siendo grande. Que duro es ser uno mismo. Pero no conozco a otro mejor, para ser yo.
Desde mi bajeza humille a quien no debía. Desde mi bajeza, desprecie a quien más me quería. Desde mi bajeza me di cuenta, de una cosa. De quien me quiere cuando estoy mal. Y a pesar de todo esto, me sigue queriendo. Eso es caminar conmigo y ser mi bastón, cuando me siento mal. Qué bonito es sentir y a la vez que duro es vivir. Qué bonito es sentirme yo mismo, sin juzgarme, sin temer y sin fingir. Lo que más queremos, nos hace más vulnerables. Y cuanto más vulnerables más humanos. Si logramos comprender como somos de humanos, lograremos comprendernos a nosotros mismos.
Casi siempre pasamos por la vida, fijándonos en los defectos de los demás. Observamos lo que vemos, pero no lo que sentimos. No vemos a la persona por dentro, solo que esta por fuera. La vida es como una canción, la tatareamos, escuchamos su música que es lo bonito, sin darnos cuenta que lo realmente bello es la letra.
Como dice la canción recuerdo; Voy a quererme más, para poder ser más, yo mismo, no mejor, sino yo mismo. Voy a quererme para quererte mucho más.  
 Que un día fui fuerte, recuerdo que no juzgue a nadie. Porque cuando me siento débil, aún sigo queriendo matarme. Que duro es a veces vivir, pero es preferible sentir y  aunque nos duela la verdad, siendo uno mismo, en cualquier parte.

Gracias

No hay comentarios:

Publicar un comentario