viernes, 20 de octubre de 2017

El mundo al revés

Hacía tiempo que no estaba despierto en la noche. Y la aproveche para soñar. Soñé un mundo donde estaba todo al revés.
Yo estaba en la calle y vi un cojo corriendo, mientras un manco le alentaba tocando las palmas. Vi que la gente estaba andando y las carreteras estaban vacías. Donde no había tráfico y todo estaba lleno de coches. Donde lo invisible se podía ver y lo visible era trasparente. El amor eran solo palabras y los hechos no importaban. La amistad era cuestión peleas continuas y la envidia lo más normal. Donde la paz era algo del pasado y la violencia predominaba como algo cultural. Donde las ideas no existían y la estupidez regentaba el planeta. Donde el teléfono no se utilizaba para hablar, sino para escribir. Y los ordenadores se utilizaban para hablar y no para escribir. Donde no se miraba a la gente sino, se les hacía fotos, que no se miraban. La gente miraba a través de la cámara del móvil y gravaba las cosas, en vez verlas. La gente creía en lo que no veía, y sus creencias, era lo absurdo. Donde adoraban lo imposible y la verdad estaba descatalogada. El amor estaba sobrevalorado y se adoraba la hipocresía. La sinceridad, se quedaba en algo del pasado y solo quedaba el nombre. La mentira se había convertido en la verdad y verdad no importaba. Donde los niños, ya no querían ser hijos y los padres, se comportaban como niños. El vínculo familiar, era un sueño. Y la verdadera familia, eran desconocidos. Donde el idioma se utilizaba para no entenderse y si para no comprenderse. Donde un trapo de colores, era la unión de las personas y a la vez, la excusa para pelearse. Donde los ateos, decían gracias a Dios y los creyentes utilizan al demonio para excusar sus malos actos.
La sinceridad, el amor, la amistad, la familia, el cariño, se utilizaba para juzgar a los demás. El bueno era quien te ayudaba hacer cosas malas y el malo, era quien las evitaba. Donde proteger era manipular y el libertinaje tu  forma de vivir. La envidia tu forma de juzgar y la sensatez una forma de olvidar.
Es curioso, que vamos al revés. Utilizamos el avance, la tecnología y la inteligencia para destruirnos. De siempre es sabido que valoramos las cosas cuando las perdemos. Pero ahora preferimos perderlas para no valorarlas. Soñamos con los ojos abiertos y los cerramos para no pensar. Enseñamos a los niños a mentir, para poder ocultar nuestra verdad.
A medida que cumplimos años, queremos hacer las cosas que no hicimos cuando éramos jóvenes. Y cuando éramos jóvenes solo pensamos en no hacer nada. Nos acordamos de la familia, para los intereses propios. En cambio no existe la familia para compartir cariño, amor, está sobrevalorado también. Sigamos creyendo en que no existe y olvidémonos de la realidad. Y sigamos viendo el mundo a través de una cámara de teléfono. Que los errores se perdonen con una palabra y los actos se castiguen juzgando con hipocresía. Si alguien está libre de pecado, que no lo diga, porque los pecadores les apedrearan.
 Utilicemos la sinceridad para ocultar la verdad. Y la verdad para defender la mentira.  El problema es cuando utilizamos la sinceridad, para atacar al sincero.
Yo sigo creyendo el sol. En el aire y las personas. Me gusta ver las cosas por mí mismo. Yo por desgracia, no puedo ver lo invisible y eso me hace ignorante.
Como pensamos los creyentes. Como mentimos los sinceros. Como vemos lo invisible. Como ignoramos la realidad. Como odiamos el amor y queremos el interés.

Bueno, ya me voy a dormir, para poder pensar. 



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