Hacía tiempo
que no estaba despierto en la noche. Y la aproveche para soñar. Soñé un mundo
donde estaba todo al revés.
Yo estaba
en la calle y vi un cojo corriendo, mientras un manco le alentaba tocando las
palmas. Vi que la gente estaba andando y las carreteras estaban vacías. Donde no
había tráfico y todo estaba lleno de coches. Donde lo invisible se podía ver y
lo visible era trasparente. El amor eran solo palabras y los hechos no importaban.
La amistad era cuestión peleas continuas y la envidia lo más normal. Donde la
paz era algo del pasado y la violencia predominaba como algo cultural. Donde las
ideas no existían y la estupidez regentaba el planeta. Donde el teléfono no se
utilizaba para hablar, sino para escribir. Y los ordenadores se utilizaban para
hablar y no para escribir. Donde no se miraba a la gente sino, se les hacía
fotos, que no se miraban. La gente miraba a través de la cámara del móvil y
gravaba las cosas, en vez verlas. La gente creía en lo que no veía, y sus
creencias, era lo absurdo. Donde adoraban lo imposible y la verdad estaba
descatalogada. El amor estaba sobrevalorado y se adoraba la hipocresía. La sinceridad,
se quedaba en algo del pasado y solo quedaba el nombre. La mentira se había convertido
en la verdad y verdad no importaba. Donde los niños, ya no querían ser hijos y
los padres, se comportaban como niños. El vínculo familiar, era un sueño. Y la verdadera
familia, eran desconocidos. Donde el idioma se utilizaba para no entenderse y
si para no comprenderse. Donde un trapo de colores, era la unión de las
personas y a la vez, la excusa para pelearse. Donde los ateos, decían gracias a
Dios y los creyentes utilizan al demonio para excusar sus malos actos.
La
sinceridad, el amor, la amistad, la familia, el cariño, se utilizaba para
juzgar a los demás. El bueno era quien te ayudaba hacer cosas malas y el malo,
era quien las evitaba. Donde proteger era manipular y el libertinaje tu forma de vivir. La envidia tu forma de juzgar
y la sensatez una forma de olvidar.
Es curioso,
que vamos al revés. Utilizamos el avance, la tecnología y la inteligencia para
destruirnos. De siempre es sabido que valoramos las cosas cuando las perdemos. Pero
ahora preferimos perderlas para no valorarlas. Soñamos con los ojos abiertos y
los cerramos para no pensar. Enseñamos a los niños a mentir, para poder ocultar
nuestra verdad.
A medida que cumplimos años, queremos hacer las cosas que no hicimos cuando
éramos jóvenes. Y cuando éramos jóvenes solo pensamos en no hacer nada. Nos acordamos
de la familia, para los intereses propios. En cambio no existe la familia para
compartir cariño, amor, está sobrevalorado también. Sigamos creyendo en que no
existe y olvidémonos de la realidad. Y sigamos viendo el mundo a través de una cámara
de teléfono. Que los errores se perdonen con una palabra y los actos se
castiguen juzgando con hipocresía. Si alguien está libre de pecado, que no lo
diga, porque los pecadores les apedrearan.
Utilicemos la sinceridad para ocultar
la verdad. Y la verdad para defender la mentira. El problema es cuando utilizamos la
sinceridad, para atacar al sincero.
Yo sigo creyendo el sol. En el aire y las personas. Me gusta ver las cosas
por mí mismo. Yo por desgracia, no puedo ver lo invisible y eso me hace ignorante.
Como pensamos los creyentes. Como mentimos los sinceros. Como vemos lo
invisible. Como ignoramos la realidad. Como odiamos el amor y queremos el interés.
Bueno, ya me voy a dormir, para poder pensar.
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