En estos momentos de mi vida, uno analiza lo vivido y ve lo perdido. Ve que
es imposible poder ver, cuánto se puede caer. Las relaciones cada vez van a
peor. Y busco algo imposible, pues el listón demasiado alto. Cada paso que doy,
bajo un peldaño más. ¿Dónde estará el suelo?
Buscar lo que no di, sinceridad? ¿Lealtad? ¿Fidelidad? Y en cambio todo
esto, me lo regalo. Sin pedírselo, sin exigencias. Me valoro, me respeto y me
hizo mejor persona. Simplemente me lo regalo porque me amaba. El regalo más grande del mundo. En
cambio, fue a la persona, que más defraude. Y a la que mas ame.
En la compañía de mi amiga soledad. Me doy cuenta, que soy gilipollas. Y
que ya no puedo, caer más bajo, ¿o sí? Queremos ver la luna, por detrás de sol
y eso es imposible. No hay palabras, para definir lo que uno siente. Lo que el corazón
grita y la mente calma. Es algo extraño, la mente se rebela ante la impotencia
de ver una verdad mentirosa. Las cosas si suelen ser como parecen. Algunas
veces no, pero son raras. Los gestos, los hechos y sobre todo la actitud, son
lo que nos delata. Por encima de palabras, están los hechos.
El hacer daño a alguien que quieres, lo haces sin querer. Pero querer, a quien
que te hace daño, significa que lo haces porque quieres. Nos vale el consuelo
de mal de muchos, consuelo de tontos. Ni el, tu más. El buscar la paz con uno
mismo es muy difícil. Mas cuando somos inquietos y las prisas nos lleva a
equivocarnos. El confundir la humildad con la mentira. El negar la verdad de
las cosas, no nos hace decentes, nos hace mentirosos. El querer ser quien no
somos, el querer aparentar lo que no se es. Todas estas cosas, nos llevan a
nuestra propia destrucción. El soñar con tener, con poseer, nos quita el querer
ser nosotros mismos. La vida es corta y te das cuenta con los años.
Una cosa que si aprendí, por desgracias desde el lado oscuro. Siempre supe
que tenía algo muy importante, mi familia. Pero creía, que lo tenía seguro. Que
era una parte de mi, parte mi cuerpo, de mi mente, de mi yo. Que equivocado
estaba. Y con las prisas de tener otra familia, empecé a correr por la vida. Buscando
una compañera de carrera, solo encontré personas, que no querían correr
conmigo. Solo querían andar. Y estos errores, me hacían perder mi tiempo, mi
sueño. Prometían correr, pero era mentira, caminaban. Traicionando mi sueño.
Las personas que me traicionaron tenían una cosa en común. Se enojan cuando se
ven pillados en la traición, en la mentira (lo se porque yo también fui así).
Haciendo ver, que el que no corría era yo y ellas eran las traicionadas. Porque
pensaba, que estaban dispuestas a correr y su intención era pararme. No todos
tenemos el mismo sentimiento, porque como dice la canción casi todos sabemos
querer, pero pocos sabemos amar. Ahora sigo corriendo solo, buscando una
persona que corra a mi lado. Que sepa amar, sin olvidar el querer. Y las
personas que estaban dispuestas a correr a mi lado, que valían la pena, las
empuje a la cuneta.
Es curioso como teniendo la carrera ganada, llegue el ultimo.
Casi todos sabemos querer
Pero pocos sabemos amar
Es que amar y querer no es igual
Amar es sufrir, querer es gozar
El que ama pretende servir
El que ama su vida la da
Y el que quiere pretende vivir
Y nunca sufrir,
El que ama no puede pensar
Todo lo da.
El que quiere pretende olvidar
Y nunca llorar
El querer pronto puede acabar
El amor no conoce el final
Es que todos sabemos querer
Pero pocos sabemos amar
El amar es el cielo y la luz
El amar es total plenitud
Es el mar que no tiene final
Es la gloria y la paz.
El querer es la carne y la flor
Es buscar el obscuro rincón
Es morder, arañar y besar
Es deseo fugaz, es deseo fugaz…
Quizas quieres encontrar esa persona que corra a tu lado pero solo bajo tu ritmo si te dieras cuenta que se puede correr juntos aunque no vayan al mismo paso
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