domingo, 11 de octubre de 2020

De Málaga a Maracaibo

 


Cuando las casualidades convergen en un lugar neutro. No sabes si realmente es casualidad, o destino. Cuando las mentes se conectan y entrelazan los sentimientos.

Cuando los corazones laten con la misma intensidad. Se produce un ritmo especial, nuevo. La fusión del flamenco y la salsa caribeña.

La cultura Andaluza y el sentimiento venezolano. Se crea un sentimiento de amor puro y sano. Sin decir la palabra amor, te hace sentirlo.  Gracias por ser así.

 

El juego del destino, a veces es perverso

Te da en ocasiones el infierno

Y otras veces simplemente un beso

Te convierte la vida, en un huracán

O de un huracán, te salva la vida.

Te manda una señal. En forma de ángel

Que se ilumina como una estrella

Que debes seguir, su estela.

Una estela gigante tras un cuerpo pequeño

Una sombra pequeña, con un alma muy grande.

Un corazón, lleno de amor y libertad

prisionero de besos y cariños

Por la soledad de un carcelero sentimiento

la escasez de caricias y la sombra de lamentos

Cobíjate en mi pecho

y te daré el amor de mi corazón

Para que olvide el ego de la razón

Ven dame la mano y enséñame a ser mejor

Para poder quererte sin temor

Y regalarte mi cariño, con todo mi amor

Dame la mano y juntemos nuestras almas

que las oscuras sombras queden en el olvido

que la primavera destierre el invierno

y su luz nos llene de gozo

para poder ser los dueños del mundo

que la felicidad sea algo inevitable

y la tristeza un mal recuerdo.

Que podamos fundirnos en uno

Una fusión indestructible

De un sentimiento invencible.

De una historia preciosa e increíble

Déjame ser el dueño

De tu ritmo caliente

Con sabor caribeño.

Y te dejare ser la dueña

De mi corazón sincero

Y mi alma malagueña.

Para no hacerte el cuento muy largo

Te dejo mi poema,

ahí te lo encargo



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