miércoles, 13 de octubre de 2021

Soy un cobarde, sin miedo

 



Ya perdí el amor perfecto, ya voy descubriendo que no existen iguales. Ya quise a personas que me decepcionaron, ya decepcioné a personas que me amaron. Sufrí mi luto y pasé horas de sufrimiento en mi soledad, tratando de descubrir quién soy. Ya mentí y me arrepentí. Ahora pido la verdad y me decepciono conmigo mismo. Buscando la persona indicada, solo encuentro equivocaciones. Y seguramente por mi culpa, por exigir lo que quiero, en vez lo que más me conviene. Y me hace dudar de mi capacidad intelectual, por la cantidad de incertidumbre que no puedo soportar. La sinceridad me supera, y llega a ser una enfermedad mental

Ser como uno es, es difícil. Ser romántico y pervertido. Justo y empático. Duro y buena persona. Y ser juez y parte. Todo hace que sea una controversia, un incomprendido en un mundo de hipocresía. Siempre buscando la lógica, es un signo de miedo a la vida normal. Miedo a comprender la vida, aprender cuando se acortando día a día.

Buscando la sinceridad, voy perdiendo el sentido de la vida. Buscando la verdad, voy perdiendo la felicidad. Mi carácter explosivo, altanero y ofensivo me hace una persona solitaria. Voy pidiendo que me comprendan, cuando no intento comprender a los demás. Y utilizo mi arma más despreciable, la agilidad de la palabra. Me vuelvo ofensivo, despreciable. Y así jamás encontrare a la persona que quiera estar conmigo. Necesito controlar, comprender, buscar la lógica. Y eso me hace despreciable.

Necesito saber a decir que si o que no. Esconder mi sentido de la lógica. Apagar mi necesidad de saber la verdad de las cosas. Me considero buena persona, doy mi corazón, mi vida. Cuando solo debería dar mi compresión y ser más humilde.

Pido disculpas, por no saber apreciar las cosas buenas. Por no saber disfrutar de la gente que me quiere. Y soy más exigente, cuanto más me quieren. En vez de ser más permisivo, más comprensivo. Exigir la perfección, es algo que no me corresponde. No soy un dios, soy un puto mortal, que busca lo imposible.

Pido disculpa por ser tan crítico, por exigir lo mismo que yo hago. Cuando soy el primero, que comete errores. El primero en no ser compresivo. El primero en humillar a los demás, por ser personas normales.

El reloj sigue sin parar, no perdona los lapsus que cometemos. Y sigo sin buscar ayuda, en mi obsesión de buscar la sinceridad. Y buscar guerreros sin miedo, que me acompañen. Cuando soy el primer cobarde, con deudas pendientes. Buscar la redención en los demás. Y en muchas ocasiones no tener miedo, es un acto de cobardía. Pues quien sufre mis acciones, son los demás.

Perdón a todos los que hice sentir mal, por mi verborrea grosera y falsa. Pido perdón por hacer sentir mal, a personas que son mejores que yo. Y lo peor de todo, que son las personas que más quiero.

Soy un cobarde, sin miedo.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario