Cuantas veces uno
mira a su alrededor y ve que le falta algo. Y piensa en las cosas que pensabas
que era nuevo. Que de repente te das cuenta que intentas salvar cosas, que no
se pueden. Que intentas regresar al pasado, sabiendo que no puedes. Pero es de
humanos cometer errores, pero es de sabios saber entender que somos humanos. Escondernos
detrás una falsa sinceridad, que duele en el alma. Pero regocija nuestro ego. El
querer pasar de puntillas por una situación que nos produce dolor. Pero
queriendo aparentar que estamos bien. Es una estupidez rechazar lo que se
quiere, para querer ser lo que no somos. Pero asi es la vida. No querer decir
estoy mal, para querer demostrar que se es duro. Es una estupidez, que los
humanos hacemos. Perder lo que se quiere, perder el universo. Por mantenernos erguidos,
con la cabeza alta, cuando queremos llorar.
Querer olvidar la
historia, querer olvidar lo que se vivió. Donde se queda el olvido? Donde se queda lo vivido? Pero que mas da, si nuestro ego se queda
contento. El mundo tiene limites, pero la estupidez no. El presente se queda en
simples recuerdos, que preferimos rechazar. Un minuto de felicidad, es sumar.
Un minuto de recuerdo es restar muchos momentos de tristezas.
Un aplauso por la
estupidez. Un aplauso por el ego. Un aplauso por la victoria falsa. Un aplauso
por sentirnos desgraciados, con tal de no reconocer las cosas. Un aplauso por
desear la felicidad, de forma falsa.
Queremos sanar
nuestra alma, a base de mentiras que no creemos. Y lo único que conseguimos, es
una frustración que queda en nuestra mente.
Los recuerdos se
convierten en pesadillas. Los sentimientos se convierten dolor. El amor se
convierte en rencor. Y el amor se convierte en una anécdota hipócrita.
Y mientras el
tiempo pasa, sin pausa. El presente es pasado. El futuro es dolor y el pasado
solo un recuerdo. Que pena, no saber vivir sin sufrir. Que pena no saber
hablar, por miedo. Que pena querer ser, quien no somos. Y en vez agachar la
cabeza y querer vivir, es mejor levantarla y ser desgraciados.
Es una pena que
la gente no tenga la experiencia de vivir. Que no vean las desgracias ajenas y
se preocupan mas por sus uñas, por la decoración de su casa. Cuando hay
personas, que no saben lo que es tener un hogar, un plato de comida o tan
siquiera la libertad de ser libre. Hoy conoci un hombre, que estuvo seis meses
secuestrado. Sentí tanta pena, que me eche a llora. Me eché a llorar y pensé,
de que cojones me quejo yo? Le di trabajo, sabiendo que esto no le devolvería lo
pasado, le di dinero sabiendo que era algo momentáneo. Y Salí del casino y vi a
mujeres arreglándose las uñas. Esa era su preocupación, su ilusión. Qué pena de
vivir en un mundo tan asqueroso, empezando por mi. Qué asco me doy a mi mismo. Pero
nuestra moral nos dice, yo no puedo cambiar el mundo. Los abrazos más sinceros,
los encuentro en las personas que menos tienen. Que te agradecen por darles, lo
que te sobra. Qué pena que no vivan estas cosas, que pena que nuestros
pensamientos sea, no puedo hacer nada.
Pero mañana me
ire de viaje, rezare a un dios que es cruel. Adorare a un ser que no existe,
para poder justificar mi egoísmo. Qué pena defender lo corrupto, para
justificar mi tranquilidad.
Pensado en todo
esto, que mierda de mundo tenemos.
No tengo un
hogar, no tengo nada. Solo remordimientos de ver este mundo hipócrita. De tener
miedo del covid, cuando la gente se muere de hambre. Y precisamente esta gente,
nos enseña lo que es la vida. Y son felices con un simple abrazo, que les diga,
no estás solo.
Se que mezcle
muchas cosas. Pero solo expreso lo que siento en este momento. Muchos sentimientos
encontrados. Que hacen que mi mente, me haga un ser despreciable. Nos morimos
por amor. No voy a fingir que no duele. No voy a mirar para otro lado. No voy a
negar quien soy. Y jamás olvidare de dónde vengo, y a donde voy. Que mi forma
de ver el mundo, es viviéndolo. Que nadie me tiene que contar como es. Que no
soy ejemplo para nadie, pero miro la vida de cara. Y que mi dolor, es haber
sobrevivido sin aportar nada. Y habiendo echo daño a quienes me querían. Y que
la palabra amor, es una falacia en una vida de falsedad y apariencia.
Esto lo dedico a
esas buenas personas, que miran su mundo particular. Y no a quienes no saben ver
la verdad de las cosas. Da miedo ver cómo somos en realidad. Y los que piden
sinceridad, se ofenden cuando las dices.
Un beso a todos
los enamorados, de si mismos. Incorformes de su vida, pero aparentar ser felices.
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