lunes, 22 de agosto de 2022

Viejo? no veterano de guerra

 



Me dijeron, te haces mayor. Y piensas, en cosas que no existen, que no debes. Y es que sufrimos más por lo que imaginamos, que por la realidad. Cuando desconocemos la verdad.

Respondí; no me estoy haciendo mayor, lo soy. Me estoy volviendo sabio. Y aprendí del pasado, de mis errores. Aprendí de mi experiencia.

Ya dejé de ser lo que a otros agrada para convertirme en lo que a mí me agrada ser, he dejado de buscar la aceptación de los demás para ser yo mismo, he dejado tras de mí los espejos mentirosos que engañan sin piedad. Y muestran solo la funda de mi alma.

No me estoy volviendo viejo, me estoy volviendo asertivo, selectivo de lugares, personas, costumbres e ideologías vanas

He dejado ir apegos, dolores innecesarios, personas, almas, y corazones, no es por amargura es simplemente por salud mental.

Las noches de fiesta, por insomnios de aprendizaje, de vivir historias y comencé a escribirlas, hice a un lado los estereotipos impuestos, dejé de usar caretas para ocultar mis heridas, ahora llevo un libro que embellece mi mente. Y unos valores, que apenas se comprenden.

Adapté las tazas de café para noches de vino, me olvidé de idealizar la vida y comencé a vivirla

No me estoy haciendo viejo. Vieja es mi fecha de nacimiento.

Llevo en el alma y en el corazón la alegría, y en la mente ganas de vivir.

Y en las manos la ternura de un alma sensible, que al abrirse expandirá sus alas a otros sitios inalcanzables para aquellos que sólo buscan la frivolidad de lo material y la moralidad

Tengo en mi cara la sonrisa que se escapa traviesa al observar la simplicidad de la naturaleza, llevo en mis oídos la música de mi tierra. Y en mis ojos, la impureza de lo vivido.

No me estoy volviendo toxico, me estoy volviendo selectivo, apostando mi tiempo a lo intangible, reescribiendo el cuento que alguna vez me contaron, redescubriendo mundos que existen, reescribiendo aquellos libros que me hablaban de lo correcto. Sin haber vivido, lo que vivi.

Estoy siendo más imprudente, he dejado los arrebatos que nada enseñan, estoy aprendiendo a hablar de cosas instrascendentes, estoy aprendiendo a cultivar conocimientos, estoy desmitificando ideales y forjando mi destino que desconozco. Y no lo espero, sino que voy a su encuentro.

No es que me esté volviendo depravado, por querer vivir las noches los viernes, sábados, es que también los domingos es un día más de la semana, disfrutar el café sin prisa y comerme un buen cruasán. Sin pensar en la salud, que mata a los sanos.

No es por vejez por lo que se camino rápido, es para observar la torpeza de los que despacio andan y tropiezan con el reloj del tiempo, que nunca para. Y se quedaron esperando, que las manecillas sigan dando vueltas.

Es la sabiduría por lo que a veces se guarda silencio o a veces se explota, es simplemente porque a toda palabra, la sigue un hecho. Y sino, la palabra, es muda.

No me estoy poniendo mayor, estoy comenzando a vivir lo que realmente me interesa. El reloj no para, y tenemos que descartar lo inútil.

El olor sin nombre. El color desconocido, el sentimiento sin entendimiento. Lo que quisimos ser, y nunca fuimos. Lo que quisimos hacer, y nunca hicimos.

A los cuarenta y más... 
los sentimientos son más verdaderos
las sonrisas más honestas
las miradas ya no son como antes
se volvieron menos sonrientes,
¡Ahora brillan más que las estrellas!

A los cuarenta y más... 
rompes estereotipos vanos,
destrozas prejuicios estúpidos.
Desnudas la hipocresía,
doblegas a los embusteros
¡Pues no hay más sabio que tu piel marcada,
tus mil historias rotas,
y tus cientos de victorias ganadas!

A los cuarenta y más... 
ya no crees en cuentos baratos
¡Crees más en promiscuas que en decentes!
Ahora tus besos son más apasionados,
más delirantes, más sucios y descarados.
Tus labios ya no son pasajeros,
¡Ahora retiemblan en la piel, ahora te gimen
te gritan, se mojan, te vuelven poesía!

A los cuarenta y más... 
tu cuerpo no es el mismo
¡Lo han moldeado, batallas y glorias!
Ya no crees en medidas, ni pesos y cuerpos perfectos
ahora anhelas un alma perfecta, con proporciones
de amores eternos, que siempre luche a tu lado
¡Y el miedo al fracaso le pela los dientes!

A los cuarenta y más... 
ya no estas para dudas y cobardías pendejas
los riesgos y crisis se vuelven oportunidades.
Prefieres las mentes locas, retorcidas y leales
Ya no remiendas corazones quebrados
¡Tú los construyes, los moldeas,
les das vida, compartes tu vida!

A los cuarenta y más... 
tu corazón ya no es una ganga
no pides limosna, no suplicas, no imploras.
¡Tú escoges, tú eliges, tú enseñas!
Tu amor no hace feliz a los mediocres sin alma
¡Tu amor protege, ruboriza, cura, chorrea
desbarata, aniquila en la cama!

¡A los cuarenta y más te vuelves sueño, te vuelves magia!

 Autor: Ares Milo

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