Llegó la hora tan temida de hacer un balance de mi vida y terminar esta etapa y en vez de echar sal y vinagre en las heridas haré otra vez de tripas corazón.
No me veréis en
una residencia con los viejos, nadie me tiene que explicar que dos y dos no suman
cuatro, que la poesía es el desván de un metaverso donde las musas se desnudan
como albatros. Y las personas de disfrazan de decentes.
No tengo nada que olvidar de mi pasado, por eso espero que el olvido no se olvide de quien fui, he dado más de lo que algunos me han robado, sin olvidar a las que salieron perdiendo, aprovechándose de mí.
El pan de ayer no es un buen postre para hoy mañana viernes es momento de inventarse y apostar, ya que el papel de malo en esta peli tal cual soy: un hombre que no se cansa de arriesgar en la vida.
Aunque entre el sueño y el papel algo se pierde y con los años duele más cuando me escucho, fingiendo ser un estupendo viejo verde… y lo de viejo, sintiéndolo mucho.
Siempre he querido envejecer sin dignidad, aunque al fusil, aún le quedan muchos cartuchos, si el corazón no rima con la realidad, quemo mis naves, sintiéndolo mucho.
El mundo no es
arco iris y amaneceres.
En realidad, es
un lugar malo y horrible, que nosotros hacemos.
Y no le importa
lo duro que seas, te golpeará y te pondrá de rodillas, y ahí te dejará si se lo
permites.
NI TÚ NI NADIE,
GOLPEARÁ TAN FUERTE COMO LA VIDA.
Pero no importa
lo fuerte que puedas golpear, importa lo fuerte que pueda golpearte y que aun
así sigas avanzando, lo mucho que puedas resistir, y seguir adelante.
ESO ES LO QUE
HACEN LOS GANADORES.
Ya sabes lo que
vales, ve y consigue lo que quieres.
Pero debes ser
capaz de recibir los golpes y no apuntar con el dedo y decir que eres lo que
eres por culpa de ese o el otro. Se dignó, y eso te hará mejor persona. Sino, serás
un cobarde como tantos
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