Esta semana se casó una persona muy querida para mí. Pues
estuvimos casados y además me dio un hijo maravilloso. Aunque fuera un trámite, después de veinte años viviendo juntos,
siempre es una fiesta que se debe compartir. Yo no pude estar aunque me hubiera
encantado, estar a su lado un día tan especial. Pudimos tener mil diferencias,
mil pareceres encontrados, pero siempre nos respetamos. Además de una mujer
excepcional, trabajadora como muy pocas (jamás he visto nadie tan trabajador).
Pendiente de su familia y una madre ejemplar. También he de confesar, que su
paciencia conmigo fue infinita. Por todo esto he de agradecer siempre su
generosidad y su buena predisposición tanto conmigo, como con mi “otra”
familia. Gracias por todo esto, gracias por darme ese hijo que tenemos en
común. Y que la vida te sonría, pues tú, sí que te lo ganaste a pulso. Muchas
felicidades y que seas maravillosamente feliz.
Hola mi compadre "ande quieras que estés". Acabo de leer estos dos últimos artículos y... ¡Qué grande, chiquillo! Más que tu Madrid y su Cristiano que ayer arrasó 0-3 en Anfield, camino de la undécima.
ResponderEliminarSiempre en mi pensamiento y en mi corazón. Un abrazo enorme