Que complicada es
la vida y como la hacemos más complicada. Uno comete errores sin pensar en las
consecuencias. Vivimos dejamos que siga la vida por inercia. Pensando que nada
va a cambiar, solo es un momento, un lapsus. Y si hay una gran verdad, no nos
damos cuenta de las cosas hasta que las perdemos. Mientras no le damos
importancia, como si fuera el árbol que está en la puerta, siempre va a estar. Cuando
pasan las cosas, pensamos que un perdón vale, pero nada más lejos. Damos ejemplo
de lo bueno que somos y de cuanto esplendidos somos, pero no somos capaces de
perdonar. Muchas veces decimos que tenemos que estar arrepentidos de corazón,
pero en algunas ocasiones no vale. Pero no vale por lo siguiente. Somos dañinos
por naturaleza. Porque nuestros ejemplos más cercanos, así lo eran. No nos
basta con intentar asimilar las cosas. Tenemos que hacer sufrir a la otra
persona. Pero eso pasa, por sufrir nosotros primero. Necesitamos sufrir,
buscamos la verdad para buscar el sufrimiento. De esa manera, podemos hacer
sufrir al otro sin reparos. Con el convencimiento de que merece sufrir. Esa es
la mejor manera de justificarnos. El sufrimiento es la forma de reprimir el amor
y del odio. El llevar la razón, nos da esa fortaleza moral que necesitamos. Para
poder seguir en esa lucha y a la vez seguir sufriendo y haciendo sufrir. Esa es
nuestra forma de actuar, que no es nuestra forma de pensar. Porque el
pensamiento nos dice la lógica, pero el sentimiento, nos impide ver el lado lógico
de las cosas. Hay tres factores diferentes y unidos entre sí. Razón, es lo que
pensamos en frio, cuando no estamos predispuestos a nada. La lógica dentro de
un orden. Sentimiento, es el lado ilógico de las cosas. Es querer, porque
queremos sin más. Es sentir cosas más allá de la razón. Es poder tener una
palabra para la sinrazón. El sentimiento ignora cualquier tipo de razón. Hay una
tercera, que no tiene nombre. Esa parte nuestra del egoísmo, que nos hace
sentir odio. Que necesitamos hacer daño, por el hecho de hacer daño. Que no se
puede controlar. Que nos puede y nos hace hacer tonterías. Que hace que neguemos
las cosas lógicas. Que el sentido, deje de lado la lógica. Que nos sufrir y
dentro de ese sufrimiento, hace que nos sintamos mejor. Que no nos deja
perdonar, porque dejaríamos de sufrir. Que el buscar la verdad, sea una forma
de poder odiar más y no para comprender. Y cuando esto va unido al sentimiento.
Es cuando nos volvemos locos, cuando rechazamos lo mismo, que nos da miedo
perder. Que odiemos lo que más queremos. Y esto es casi imposible de dominar. Cuando
tus ojos no vieron la verdad, la imaginación se encarga de cambiarla. La imaginación
es el peor socio del sentimiento. Si la imaginación tuviera sentido de la razón,
los sentimientos serían más puros.
El pasado no lo
puede cambiar nadie, pero el futuro sí. El pedir perdón ya no basta. Solo la condena
nos consuela y esta no tiene fecha. El perdonar nos hace olvidar, precisamente eso, es lo que no queremos. Hay que mirar para adelante, porque si no,
tenemos el peligro de convertirnos en sal.
Como dice Serrat;
Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.
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