viernes, 6 de enero de 2017

La dueña del mundo, la mentira


Hoy quiero escribir sobre algo tan grande y tan de moda, como es la mentira. La iglesia, las religiones, los gobiernos, todos están construidos desde la mentira. Su pilar principal es la mentira. Desde la religión católica, que fue inventada por emperador romano llamado Constantino en el siglo IV, que además era pagano. Por otro lado no se sabe quien escribió la biblia, si fue encargada por los mismos romanos. Si fue un cumulo de libros que se fueron adaptando. Si escribieron en negro, yo que sé. Las religiones tres cuarto de lo mismo, quien es jehová, quien Mahoma, quienes son tantos dioses y para sus seguidores, todos son el auténtico.
Los Gobiernos que están instaurados desde la mentira, prometen y prometen y después actúan como traidores. Van en contra del pueblo, intentado distraer al pueblo con tonterías. Y pintan a los opositores como los demonios de Venezuela. Como los que van a llevar al país a la quiebra. Cuando ya están en ella. Les dan en dinero del pueblo a los bancos. Para que estos sigan empobreciendo al pueblo. Se aprovechan de sus puestos para enriquecerse. Y se ríen de sus promesas.
Las diferentes formas de ver la vida, también se basan en mentiras. En convencer con argumentos falsos. Los maestros, los gurús, ese grupo de vividores, son una lacra social. Y su defensa es siempre la misma, si los hacemos un poco felices, ya está conseguida nuestra meta. Y no es así. Esa es la gran mentira. La gran justificación para cambiar el dinero por creencias falsas. El justificar la mentira, para ganar dinero fácil. Cuando las demuestra las mentiras, miran a otro lado y se sienten amenazados. Cuando les expone las verdades del barquero, entonces no quieren hablar, porque los intimidas. La verdad solo tiene un camino. En un mundo donde se premia la mentira, la verdad no tiene cabida. En un mundo donde nos interesa más escuchar estupideces, que luchar por la justicia no cabe la dignidad. Como dije en anterior redacciones, el más sincero es que miente mejor. Y lo peor que ya lo dimos por bueno.
La vida es una gran mentira, donde la verdad la escondemos donde no moleste. Defendemos la verdad con mentiras. En este mundo, ser sincero está sobrevalorado. Decir la verdad no es negocio. Y demostrar que se puede, es síntoma de traición.
Si el mundo se basara en la verdad, no existirían las religiones, ni la pseudociencia.
Para tener dignidad, hay que engañarse a uno mismo.
Qué fácil es decir palabras, que difícil es tener ideas. Juntando estas dos cosas, podemos ser grandes filósofos.
Y si tienen ideas y el don de la palabra, no te hacen caso, es demasiado simple. Para algunos es más fácil filosofar sobre estupideces, que hablar de la vida tal y como es. Buscan más encontrar un sentido al sin sentido, que sentir sin más.

Para terminar quiero decir lo siguiente. Los verdaderos filósofos son los que buscan la verdad. Los verdaderos metafísicos, son los que no tienen necesidad de demostrarlo. Hay que ser y no parecer. 

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